El miedo es una emoción que nos paraliza e impide alcanzar nuestros propósitos, nos genera dudas e inseguridades, nos hace compararnos con otros obviando nuestro propio valor e incluso, nos hace creer que no somos capaces de lograr lo que queremos en nuestra vida, nos hace culpabilizar a los demás de lo que nos sucede…todos los seres humanos nos hemos sentido identificados con alguna de estas u otras afirmaciones a lo largo de nuestra vida; y si pudiéramos aprovechar este sentimiento a nuestro favor?
La cuestión es sencilla y aterradora a la vez y pasa por atrevernos a mirar en nuestro interior, ver nuestras frustraciones, nuestros mayores temores y descubrir que la gran mayoría de estos miedos e inseguridades se generaron en una edad muy temprana cuando éramos niños y no pudimos defendernos porqué no teníamos las herramientas adecuadas o no contábamos con el apoyo de adultos que nos hicieran de guías (ellos también pasaron por lo mismo).
Para alcanzar nuestras metas y obtener resultados objetivos necesitamos salir a actuar y entrenar nuestro coraje, poner sanos límites y luchar por nuestras verdaderas necesidades y no por guardar las apariencias; para ello hay que tomar decisiones e ir afrontando nuestros temores; si te atreves a tomar decisiones, algo sucede y se propicia un inicio, crece la confianza en ti, se aprenden nuevas habilidades y generan nuevos talentos que formaran parte de una nueva etapa en tu vida.
La vida nos está pidiendo una y otra vez que nos responsabilicemos del adulto que somos hoy por hoy y que afrontemos las situaciones difíciles con nuestro guerrero interno (todos sin excepción lo tenemos), que salgamos a correr riesgos aunque nos equivoquemos en nuestra decisión. La clave está en parar la acción y detenerse delante de la situación, observar nuestra vida en ese momento y el mundo que la rodea: sé realista con lo que está en tus manos, hazte responsable de ti mismo, trata de ser justo con los demás (ellos también están en lo mismo) y se transformará tu realidad de una forma más armónica y creativa.
Fluir con el juego de la vida por donde la vida quiere que fluyamos, seamos conscientes de entender que son procesos continuos, si estamos atrapados en nuestra intensidad emocional hay que salir de ella y ver que hay algo que debe de morir y transformarse para dejar de ser, soltar algo externo e interno en nosotros, algo que creemos que no podemos vivir sin ello entender que por más que sienta miedo e incertidumbre la vida me llevará donde sea mejor para mi; para ello hay que nadar a favor de la corriente si vamos en contra nos agotaremos.
Sólo se consigue superar el miedo siendo humildemente libres; para llegar a ser maestros de nuestra vida primero tenemos que aprender a ser maestros de nosotros mismos.