Cómo conectamos con nuestros deseos, viajamos por la vida en coherencia con ellos?
Nuestra relación con el deseo es complicada, todos amamos desear pero nos aterra conectar con nuestros deseos más profundos y acabamos entonces complaciendo los deseos de otros. Eso que deseo es inconciliable con mi yo interno, los que nos dan satisfacción plena son difíciles de alinear en congruencia con quien yo soy, nos da miedo asumirlos; iría en contra de nuestras propias estructuras creadas por nuestro entorno o las de la sociedad. Nos aseguramos además de no satisfacer el deseo ya que hoy quiero algo inalcanzable y al día siguiente ya pienso en otro deseo, al no satisfacerlos nos frustramos.
El deseo humano siempre es insatisfecho, cuando parece que nos acercamos a nuestro deseo, nos asustamos terriblemente. Podemos explorar nuestros deseos sin caer en el miedo?
Este viaje pasa por una conexión con nuestra historia, nuestra vulnerabilidad, nuestros miedos; quién soy yo y qué es lo que siento o necesito. Cuál es mi verdad, el sentido de nuestra vida, que pensamos de ella, cuál es nuestro modelo o nuestras creencias o si tiene sentido nuestro viaje interno.
Nos hemos creado una narrativa acorde a nuestros deseos o bien estamos siguiendo los de nuestra familia, la sociedad, el colectivo…?
El DESEO es el tesoro que emerge de nuestra herida, la medicina que extraemos cuando tomamos contacto con nuestra parte más vulnerable. A esa voz, si en vez de silenciarla le damos la bienvenida, escucharemos su mensaje a través del síntoma, permitiendo un movimiento emocional interno que si bien pasa por el dolor, nos libera. La medicina es la vida que brota de esos lugares tan profundos de nuestra psique tan olvidados. Ese volver a sentir lo que más hemos temido sentir, es conectar con nuestra vulnerabilidad que en definitiva es nuestro poder.
Recordar quienes somos toma su tiempo, hasta que tengamos la experiencia de sentir nuestro corazón re-unificado, de ahí nace el deseo. Darnos cuenta de que nuestra herida es la puerta de nuestro nacimiento y para que nazca una nueva narrativa, tiene que morir otra, dar espacio a que germine una nueva semilla enraizada con nuestros valores y relación con la vida.
Es tiempo de soltar la carga impuesta o heredada, antiguos creencias que ya cumplieron su ciclo, la culpa, la sensación de que no soy suficiente.
En un viaje consciente por la vida se disfruta del trayecto porqué lo hacemos en el presente, sin expectativas disfrutando de la magia del momento, conectando nosotros mismos y nuestros auténticos deseos.
Siempre estamos a tiempo de cambiar el sentido de nuestra vida actualizado a quien soy yo ahora y tomar el billete de tren que mejor nos convenga para vivir nuestra aventura más genuina.